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martes, 4 de enero de 2011

El punk de NARCOSIS


Para inicios de 1984, Fernando "Cachorro" Vial ya venía "haciendo un poco de bulla" por esos tiempos junto a Luis Piccini (batería) y Alvaro "Gallito" Carrillo (voz) en una banda llamada Sociedad Anónima (S.A.). Esta banda no era otra cosa que un proto-Narcosis que jamás se presento en vivo y no pasó de ser puros ensayos en casa de Cachorro.
Posteriormente, se cambian el nombre a Descartados, semanas después a Descartables y finalmente a Narcosis (nombre proveniente de la novela de Hermann Hesse, “Siddharta”).
Luis Piccini solía llegar tarde o no asistir a los ensayos por ir a ver a su enamorada por lo que Jorge "Pelo parao" Madueño (que era amigo de Cachorro) se sube a la batería uno de esos días y finalmente, Cachorro lo invita a quedarse en reemplazo de Luis. Dicho trío, Cachorro, Pelo Parao y Gallito, debutan en el Pub Carnaby en Octubre de 1984.

Semanas después, la revista Ave Rock organiza un concierto en La Palizada Pub, al cual Gallito no podía asistir porque era la ceremonia de su Confirmación por lo que curiosamente a raíz de la grabación de esos tres temas de No Name en la Universidad de Lima, Cachorro llama a Wicho y lo invita a cantar 4 temas con Narcosis. Fue así que Wicho acepta y luego del concierto Cachorro lo invita a quedarse en la banda en reemplazo de Gallito (con quien solía tener problemas), Wicho responde "yo me quedo pero arreglamos un poco todo" y fue así que se quedo en Narcosis junto a Pelo y Cachorro.
Luego de la entrada de Wicho, éste trato de dar un poco de orden a todo el caos de las ideas de cachorro y al rollo musical que Pelo manejaba, es decir, Wicho empezó a realizar su trabajo como productor: hizo arreglos en las letras, en los ritmos, les dio sentido a las canciones y poco a poco los tres miembros coincidieron en que era tiempo de publicar su material de manera oficial.
Para 1985, Wicho ya conocía algunas técnicas de grabación, se consigue una vieja grabadora con una entrada de línea y otra de micro que podía ser convertida en una línea adicional, es decir, una "mezcladora", a la cual conecta un walkman y empiezan a grabar su material. Luego de todo lo grabado, Wicho empieza la labor de post producción y termina elaborando un tiraje de 200 maquetas bajo el titulo de “Primera Dosis”. Fue así que Narcosis se convirtió en la primera banda en auto-producirse y lanzar al mercado una maqueta que, con el tiempo, se convertiría en la maqueta mas regrabada, reproducida y pirateada de toda la historia del rock peruano y que serviría de referencia para diversas bandas subterráneas que se reflejaban en el estilo contestatario de Narcosis.
Narcosis fue una banda fugaz que solo se mantuvo en escena poco más de 8 meses, durante todo ese tiempo ocurrieron hechos bastante notables que hicieron de Narcosis una leyenda. Uno de esos hechos fue que la banda se presentó en el festival Rock en Río Rímac, un concierto al aire libre, con entrada libre y frente a mas de 5 mil personas, en donde la banda termina siendo interrumpida, con balazos al aire incluidos, por parte del personal policial que cuidaba el orden en dicho concierto al escuchar el tema “Sucio policía” por parte de Wicho y compañía.

Felizmente el contratiempo no paso a mayores, no hubieron heridos, la banda logro “escapar” pero si se genero un gran desorden que pudo terminar en una desgracia por lo que, Wicho se da cuenta que no podía seguir trabajando con Narcosis de esa manera tan despreocupada.

A raíz del boom del llamado “rock en español”, un sello discográfico nacional recluta a Leusemia y graban su primer LP en vinilo en un estudio profesional, logrando un gran impacto en el mercado local, dicho sello trata de reclutar también a Narcosis pero Wicho se muestra un tanto desconfiado a esto por lo que finalmente rechazan la oferta y en contraposición editan nuevamente de forma independiente y en formato de maqueta su segunda producción como Narcosis: “Acto de Magia”, una grabación de la época que se realizó en el Cine-Teatro Magia.
Justamente luego de dicho concierto, Pelo le propone a Wicho continuar un nuevo camino puesto que Cachorro se encontraba ya muy encasillado en “tocar por tocar” sin tener el mas mínimo interés en mejorar su performance con Narcosis o de crecer como banda, además de que para esa época, Cachorro también formaba parte de otra banda llamada Autopsia lo cual hacia que los ensayos fueran cada vez menos seguidos.

Es así que Pelo y Wicho dejan Narcosis, empiezan a ensayar junto a Felix Torrealva en casa de una tía de Wicho el material de la supuesta nueva producción post-Narcosis. Lamentablemente Wicho se enferma de Laringitis y se aleja de la escena por tres largos meses. El proyecto se diluyó, finalmente Pelo y Félix junto a Rafael Hurtado de Mendoza forman Eructo Maldonado.
En Diciembre de 1985, Cachorro llama a Wicho para proponerle tocar en el Colegio Los Reyes Rojos y luego en Febrero de 1986 en el festival Rock en Río Rímac II, esas se convertirían en las dos últimas presentaciones de Narcosis, aunque ya sin Pelo. Ese mismo año Miki González también llama a Wicho y lo invita a trabajar en su estudio de grabación. Miki había quedado impresionado por la labor de producción y post-producción de Wicho con Narcosis, más aún porque a pesar de las condiciones tan precarias en las cuales trabajo sacó al mercado un buen material. Finalmente, Wicho se quedaría con Miki González por 14 años.

NARCOSIS - "Destruir"



NARCOSIS - "Sucio Policía"







INTEGRANTES:
Voz: Luis "wicho" García
Batería: Jorge "pelo parao" Madueño
Guitarra: Fernando "cachorro" Vial


Fuente: Página de NARCOSIS Hi5

UNDERPERUROCK

lunes, 6 de diciembre de 2010

Antitodo de Eskorbuto - La historia

Con el título "La historia de ‘Anti todo’, de Eskorbuto, el gran disco de culto del punk" la revista Rolling Stone publica un escrito de Ivar Muñoz-Rojas.

Eskorbuto, de izquierda a derecha: Jualma, Iosu y Paco. (Foto: Xavier Mercadé)


Fue grabado y mezclado en 36 horas, arremete contra su banda rival La Polla Records y elevó a la banda al estatus de culto. Su único superviviente cuenta cómo arrancó todo en un Simca 1200.

Anti todo, de Eskorbuto, estuvo a punto de desaparecer para siempre. O al menos con su sonido original: la copia matriz, el master de grabación, desde la que se fabrican los ejemplares estuvo desaparecida durante años. El disco se grabó con escaso presupuesto, deprisa y corriendo, su acogida superó cualquier expectativa, pero la lucha por sus derechos acabó en los tribunales. Y la obsesión con la muerte que recorre sus 29 minutos y 52 segundos acabó siendo una realidad: las dos cabezas creadoras del trío, Iosu (voz y guitarra) y Jualma (voz y bajo), murieron, por su adicción a la heroína, con sólo unos meses de diferencia a los pocos años de salir el disco.
La historia de Anti todo (1986) está llena de malos presagios, contratiempos e imprevistos. Y de canciones inmortales. Parafraseando la canción que lo abre, es una historia triste lo que hay detrás del que para muchos es el mejor disco de punk hecho en España. 25 años después de su gestación se reedita Anti todo, de la mano del sello barcelonés B Core.

“Eskorbuto teníamos la suerte de no vivir de la música y así podíamos decir lo que nos salía de los huevos”. Con esta contundencia presenta a su ex grupo Paco Galán (54, Cáceres), batería de la banda de Bilbao y el único que puede contar este relato en primera persona. Los 80 acababan de nacer cuando este ajustador de metales se juntó para tocar con Iosu (Jesús María Expósito; Bilbao, 1960 – Bilbao, 1992) y Jualma (Juan Manuel Suárez; Bilbao, 1962 – Bilbao, 1992): dos adolescentes punks y parados que amaban tanto a los Who y a los Sex Pistols como odiaban La Margen Izquierda de su ciudad, como se llama a la parte obrera y más castigada de la urbe en la que se habían criado. “Siempre fui la bisagra entre ellos”, cuenta el superviviente. Una tarea poco sencilla, tratándose de una banda que tocó su primer himno Mucha policía poca diversión en una cárcel, en Basauri (y con el padre de Iosu entre el público, por cierto), que se desmarcó del llamado Rock Radical Vasco (el hervidero creativo, político y mediático que lanzó a Barricada, Kortatu o Hertzainak) con su canción A la mierda el País Vasco o que robó una guitarra a sus coetáneos y rivales La Polla Records. Pero a eso llegaremos más adelante.

En diciembre de 1985, Iosu, Jualma y Paco se suben al viejo Simca 1200 de este último para recorrer los 90 kilómetros que separan Bilbao de San Sebastián, para grabar su segundo álbum y la continuación del exitoso debut en largo que fue Eskizofrenia (1985). Iban con los deberes bien aprendidos: durante un año habían rodado las canciones en el caserío de Paco, en Portugalete, donde ensayaban, y también en una decena de conciertos. “No tocábamos mucho en directo y, como no había mucho que hacer donde vivíamos, nos pasábamos el día en el local”, recuerda el batería. El taxímetro marcaba el ritmo en los desaparecidos estudios Tsunami. “Nosotros pagamos la producción del disco y luego se lo vendimos a la discográfica. Nos dieron un millón de pesetas [6.000 euros]. Había que hacerlo deprisa”, añade el músico. Pero la historia es diferente según quién la cuenta. Diego Cedrán, biógrafo del grupo que dedicó cinco años de trabajo a su libro Eskorbuto. Historia triste, apunta: “Fueron 400.000 pelas [3.600 euros] lo que les pagó Discos Suicidas”. Cada hora de grabación costó 12.000 pesetas (72 euros), una cifra no mucho más baja que la de los costes actuales para discos independientes (sin tecnología digital al alcance del usuario medio, estas producciones resultaban mucho más caras entonces). Los medios para hacer la portada del disco también fueron singulares: Pablo Cabeza, periodista musical puntero en los medios vascos entonces, pintó de manera improvisada el nombre del grupo y el título del disco sobre una cartulina negra. Sus colegas de Eskorbuto le pagaron 5.000 pesetas (30 euros) por su obra. Unas cifras muy punk, vaya.

La portada de "Antitodo" de Eskorbuto

Eskorbuto grabó Anti todo en dos mañanas largas (las tardes en el estudio eran para Korroskada, grupo compañero de sello y principal apuesta de éste). Desde la guitarra crujiente que arranca el disco con la conmovedora Historia triste (“Pasan los años, pasa tu vida... Este puede ser tu último segundo”, dice su letra) hasta el épico, e igual de tosco, final con Ha llegado el momento (el fin), hay desafines e imperfecciones rítmicas. “Lo teníamos claro: queríamos que fuese así”, explica Paco. Tampoco falta rabia, fatalismo y desazón. En este disco, grabado y mezclado en 36 horas, hay críticas al gobierno (Es un crimen), al encasillamiento (Anti todo) o a la música de baile (Mata la música disco). También hay dardos con nombres y apellidos.

“Gentes ignorantes que antes nos tenían miedo cogen confianzas que nunca les dimos. Cobardes que van de valientes…”. Una de las estrofas más célebres de Anti todo está dirigida a otro nombre célebre del punk ibérico de los 80: La Polla Records. La rencilla empezó cuando Eskorbuto robó una guitarra a la banda de Evaristo en un concierto en el que las bandas compartieron cartel. La formación de Evaristo, ofendida, respondió despotricando contra el trío en entrevistas. Y así nació Cuidado. Eskorbuto regaló esta canción de odio a sus rivales, pero nunca les devolvió el instrumento y todo el país pudo ver al trío tocándolo –en play back, eso sí– en su participación en La bola de cristal, el mítico programa de la televisión de los ochenta, por donde pasaban punkis, progres y modernos. Eskorbuto no fue un grupo de trato fácil.

Otra gran polémica en Anti todo fue la canción Haciendo bobadas. Según reveló en su época el guitarrista, Iosu, estaba dedicada a Herri Batasuna. La canción, que si se cogen las dos iniciales de la palabra se queda en HB, son 57 segundos acelerados donde se dice: “No lo entiendo, no lo entiendo/ siempre están igual, haciendo bobadas”. Sin embargo, Paco, el batería, desmiente ahora esta versión: “Eso es solo una leyenda”. Pero no todo son canciones críticas con el entorno: una introspección que difícilmente podría ser más pesimista (“El pasado ha pasado, el presente es un fracaso y el futuro no se ve”) terminó por ser de las más célebres del disco, la favorita de Iosu entre su repertorio y probablemente la canción de punk español más conocida en Latinoamérica, donde Eskorbuto actuó y consiguió seguimiento masivo en sus últimos días (en México tocaron para 4.000 personas, en DF).

El desenlace de esta historia no tiene menos contratiempos que su gestación. Anti todo superó las expectativas comerciales, y no tardaron en surgir disputas entre el grupo y su discográfica por sus beneficios. La asfixiante dependencia a la heroína de Iosu y de Jualma tampoco ayudó: “Les decía: ‘Vais a morir, hijos de puta’, y ellos respondían: ‘Que sí, Paco, que lo vamos a dejar’. Pero sólo se desenganchaban tres días, salían del hospital y se volvían a meter”, recuerda Paco. Eskorbuto quiso recuperar el master de la grabación pero Discos Suicidas se negó a cedérselo. Cosas de contratos no firmados como es debido. No hubo juicios ni abogados (entonces): el grupo entró por su cuenta en las oficinas de la discográfica y se llevó la bobina. Robo o recuperación de bienes, a partir de ahí estuvo desaparecida durante años. Fue Diego Cerdán, investigando para su libro, quien se encontró -casi una década después de la publicación de Anti todo (salió en febrero de 1986)– esta bobina, que cogía polvo en el despacho de un jefe de una discográfica multinacional. “No había ningún contrato firmado y por eso no lo había publicado esta discográfica”, explica el biógrafo, que prefiere mantener en el anonimato a quienes entonces le cedieron este master. La pelea por los beneficios y la gestión del disco surgiría ahora entre Paco (“alguien firmó algo que no debía”, dice) y Discos Suicidas. Ganó el primero.

Al fallecer Iosu y Jualma, Paco siguió adelante con Eskorbuto, editando discos y actuando hasta 1998, pero ya no fue lo mismo. “Creo que el punk de los 80 vuelve a tener tirón porque muchos adolescentes que escuchaban estos discos en casetes grabadas ahora cuentan con algo de dinero y quieren tener buenas ediciones”. Lo explica Jordi Llansamà, arqueólogo del primer punk hecho en este país y jefe del sello independiente B Core, que ahora vuelve a sacar este disco cotizado al alza (más de 60 euros se paga por un ejemplar de la edición original, en eBay). La nostalgia llega con las canas y también a generaciones más jóvenes que no vivieron este disco en su momento (“Cualquier estilo underground que merezca la pena permanece”, opina el jefe del sello B Core). Pero no al único superviviente de este relato: “¿Si echo de menos a Iosu y a Jualma? No, ellos tuvieron la muerte que deseaban. Eskorbuto siempre será joven”, sentencia Paco, batería y único superviviente del trío.


ESKORBUTO - Historia Triste (vídeo subido por vozdh)



Pronto mas info...
Saludos

UNDERPERUROCK

martes, 30 de noviembre de 2010

Eskorbuto - "Flores en la basura"

El libro de Roberto Moso sobre "los días del rock radical", dedica en el capítulo V, a narrar algo de la historia de ESKORBUTO la banda de punk originaria de Santurtzi



Capitulo V.- ESKORBUTO

“Hoy es uno de esos días en los que me gustaría ser de Eskorbuto”, dijo Ernesto en cierto momento de aquel día tan especial.
Los años pasan y ellos siguen ahí, tozudamente, ganando batallas después de
muertos como decían del “Cid campeador”.
Estoy esperando un tren, jugando con mi hija y leo una pintada reciente en la pared de la estación: “Eskorbuto, eskizofrenia rock”. Camino por el paseo marítimo de Benicarló y pasan a mi lado dos chavales con chupas de cuero donde aparece su nombre escrito en la espalda. Están en los retretes, en las conversaciones, en las reediciones, en los discos-homenaje.

Son una presencia constante y no sólo porque aparezcan en mis recuerdos, lo cierto es
que han dejado huella. Me resulta cuando menos una ironía comprobar que al buscar mi nombre en internet, éste aparece a menudo vinculado a Eskorbuto.

Josu y Juanma fueron los ideólogos y máximos carismas de una banda con muchísimo carisma. “Demasiados Enemigos” titularon su última obra. Nada más cierto. Llegó un momento en que eran odiados por los “picas” del tren y por las gentes de bien, por la policía y por muchos militantes radicales, por los taberneros de medio Bilbao y por casi todos los músicos, por muchos “punkys” que les consideraban macarras y por muchos macarras que les consideraban “punkarras”. El “Anti Todo” terminó en “Demasiados Enemigos”, no podía ser de otra forma. Ni siquiera ellos mismos estaban unidos contra el mundo. Se odiaban con la misma intensidad que se amaban y se separaban amargamente para después volverse a juntar porque nadie les iba a comprender tanto como el uno al otro: pura esquizofrenia.

Recientemente estuve llevando castings para un programa de televisión. Se trataba de encontrar aspirantes para un concurso en el que se busca pareja. Una de las candidatas era una punky reglamentaria de las que ya no se ven. Se dedicaba a hacer acrobacias con antorchas por la calle y como mascota tenía una ratita.

Cuando le preguntamos cuál era su música favorita respondió sin dudarlo: Eskorbuto. En un ejercicio de vanidad le conté que yo les puse el nombre, ella me miró con cierta guasa en la expresión y me soltó desafiante: “ya, pues yo bauticé a los G.B.H., qué te parece”. Lo cierto es que así fue, y a veces pienso que quizá esa acabe siendo mi mayor aportación a la historia de la humanidad.


Josu estuvo con nosotros desde el 77 hasta el 80, es decir, en la época en que éramos
un anteproyecto que andaba dando tumbos. La manera de conocerlo ya fue bastante original. Manu, un amigo del instituto que militaba en las Juventudes Comunistas (E.G.K.) me lió para dar una charla sobre rock en la Asociación de Vecinos del barrio de Las Viñas. Yo no me veía dando charlas pero ante su insistencia tuve una idea alternativa: haría una “proyección” sobre la vida, obra y milagros de los Rolling Stones. Mis armas en aquella batalla eran:
a) Un montón de revistas musicales.
b) Un proyector marca “Ricolor”, en realidad un juguete que resistía desde mi
infancia y proyectaba cualquier foto que le pusieras debajo.

Mi amigo Manu contaba con captar adeptos para el comunismo y yo esperaba hacer lo mismo para los Rolling Stones.
Aparecieron unos quince tuercebotas del barrio, suficientes para abarrotar una sala mínima. Les fui soltando todo el rollo mitómano que albergaba en la parte ociosa de mí recalentada mollera, ocupada casi exclusivamente por el rock y alguna sofocante imagen femenina. Llegó un momento en el que me fui quedando sin material gráfico. Las múltiples informaciones, anécdotas y exageraciones seguían fluyendo sin parar mientras las fotos se repetían sospechosamente. Decidí sobre la marcha cometer una pequeña golfería, tomé una imagen muy borrosa de Roger Daltrey y la intenté colar como una más de Mick Jagger. Nadie parecía haber reparado en el cambiazo.

Cuando el acto terminó todos marcharon excepto uno. Era rubio, melenudo y con barbas. Llevaba una chamarra roja ceñida con cuadros blancos, unos vaqueros resobados y unas camperas machacadas. Portaba también una guitarra llena pegatinas,
la más grande de todas me puso en guardia enseguida: era la “diana” de los Who. Era la viva imagen de un rockero-macarrilla de barrio. Sus ojos azules tenían un brillo de malicia. En efecto, me había pillado. Encontrar entonces adictos a la distorsión no era tan sencillo. Los enganchados al rock & roll nos olfateábamos y nos juntábamos como bestias en celo pero lo de Josu era único. Para contarte tal o cual episodio de la historia de los Who emulaba una por una la puesta en escena de todos los componentes. Recuerdo representaciones entusiastas en el portal de mi casa y vecinos aterrados que creían que le habría dado un ataque de epilepsia.
Pete Townshend, Keith Moon, Roger Daltrey y hasta el soso de John Entwistel se reencarnaban en su nerviosa figura, y como buen mitómano, era el doble de espectacular que ellos.

Josu se había fumado todos los “Popular 1” y todos los “Disco Express” del mundo y recreaba también toda aquella literatura como Alonso Quijano hacía con los libros de caballerías. Aquella pobre guitarra recibía golpazos constantemente y nunca se rompía, si acaso le ponía otra pegatina sobre la grieta y en paz. Parece que lo estoy viendo, marcando acordes y activando la púa a velocidad de vértigo, siempre con un cigarro entre los nicotinosos dedos. Josu y yo pasábamos largas horas soñando otros mundos con más acción y más interés pero Zarama se le acabó quedando pequeño. A Josu le exasperaban aquellos periodos de “impasse” en los que no hacíamos nada, tampoco veía con buenos ojos la presencia de Nekane, le parecía que no lo vivía de verdad. El rechazo era mutuo. Ironías de la vida: ambos tuvieron un final similar.

A Juanma lo conocía del “Jandros”, antro santurtziarra donde nos dejábamos caer (pura ley del embudo) todos los que disfrutábamos con el rock y sus aledaños.
El “Jandros” era heredero del “Club 51” reventado por ETA y acabó precintado por el ayuntamiento ante la presión vecinal, lo que se dice un local maldito. La primera relación fue “comercial”, ya que él trapicheaba esporádicamente y poco a poco fuimos entrando en confianzas. A mí me hacía gracia su desparpajo y a él, me temo, le hacía gracia, sobre todo, mi novia. Juanma era alto, con cara redonda y melenas a lo Jim Morrison –de hecho le encantaba el “Roadhouse Blues”– pero lo que realmente le iba era la “química”. Para hacer un estudio sobre los efectos de cualquier sustancia, nada mejor que tomar apuntes después de estar con él una tarde. Juanma era de otro barrio heavy de Santurtzi: Kabiezes, por alguna extraña razón, los que bajaban de allí eran auténticos kamikazes del pastilleo, vivía cerca del cementerio y siempre se le notó. Le encantaban los temas escabrosos.

En un momento de auténtica crisis en nuestra banda, Juanma y yo nos pusimos a fantasear con la posibilidad de montar otra. En aquellos días estábamos enganchados
con los Ramones y pensábamos hacer algo así: fácil, rápido, directo. Josu, que también se dejaba caer por aquel antro, sería la otra pata del banco y también mi amigo de la infancia, Laiki el autostopista, estaría en el ajo. El nombre surgió sin más, porque sonaba “como si vomitas al decirlo”: “Eskor...¡BUTO!”, y después de hacer unas risas con la ocurrencia, Juanma apareció al día siguiente diciendo que había tenido sueños delirantes con el nombre y le parecía perfecto. Cuando los otros “zaramas” se enteraron de mis coqueteos al margen del grupo me llamaron al orden. La verdad es que, dejando a un lado la broma, yo me sentía mucho más que miembro de un grupo de rock. Zarama era mi familia, mi proyecto, el resumen de mis mejores sueños y en el terreno personal, me sentía plenamente identificado con los demás componentes.

Pero la mecha eskorbutiana estaba ya encendida y la llama se dirigía imparable hacia el barril de pólvora. Juanma, Josu y Laiki ficharon a un batería de Kabiezes –apodado el “Gu”– y pusieron en marcha la leyenda. Josu aportaba sus visiones apocalípticas, sus sueños febriles de imposibles revueltas sociales, su orgullo de generación, de barrio y sobre todo, aunque resulte chocante hablando de un grupo punk, su instinto comercial, su extraordinaria capacidad para crear canciones himno
de estribillos contagiosos. Juanma, por su parte, aportaba las pesadillas. La vieja que le atormentaba en su infancia, la tierra dominada por los dinosaurios, los muertos, obsesivamente presentes en toda su obra.

La creación del grupo coincidió con la expansión del punk y sirvió de continua inspiración para ellos. De pronto era habitual verles con discos de Plasmatics, UK Subs, G.B.H., Exploited, Dead Kennedys y toda la generación de continuadores de la saga Pistols. Pero el gran drama de Eskorbuto, es que no valían para malos. Lo intentaron con tesón pero no les salía. Si trataban de robar en una iglesia, despertaban a todos los vecinos y acababan en chirona. Si pretendían dar un tirón, la dueña del bolso resultaba ser campeona olímpica y corría más que ellos. Si se colaban en el tren, los guardias jurados les daban pal pelo... para ser los delincuentes juveniles que a veces se creían, les faltaba ese algo más que caracteriza al verdadero canalla, ése que, evidentemente, puede vestir chupa de cuero o trajes exorbitantes.

Cuando publicaron la reedición de algunos discos de Desechables y leí la biografía, quedé asombrado de los paralelismos que había entre ambas bandas. Ellos también se fundaron en torno al tasco “enrollado” de turno y también jugaron a delincuentes juveniles cuando, a todas luces, no lo eran.
La diferencia está en que a uno de los componentes de Desechables lo mataron cuando trataba de atracar él solo una joyería con un arma de juguete. El dueño de la tienda tenía una de verdad y no se lo pensó.

A Josu le gustaba mucho repetir aquello de “todavía nos seguimos riendo”, pero lo cierto es que también, yo diría que sobre todo, sufrieron de lo lindo. La militancia
anti-todo les hizo incómodos en todos los ambientes y su rápida adicción a la heroína les llevó a menudo a merodear los ambientes más sórdidos. Moverse con ellos requería mentalizarse seriamente para cualquier tipo de susto. No se cansaban nunca. Podían hacer burla a una pareja de la Ertzantza y echar a correr, meterse en un portal a hacer sus maniobras y encararse con el vecino más malencarado del mundo, entrar en el autobús y dedicarse a comprobar si el martillito de emergencia sirve de verdad para romper el cristal (servía), era un puro sinvivir. En varias comisarías ya se los tomaban a cachondeo.

Aquella primera fase de cercanía entre nuestros grupos terminó cuando se largaron a Kabiezes. La familia del Gu tenía una casita deshabitada perdida entre pabellones industriales y allí se instalaron, en un lugar donde podían meter todo el ruido que querían y donde además tenían espacio para rascarse a gusto los huevos.

Fue una fase de gran creatividad donde compusieron buena parte de sus canciones
legendarias. Pero ni Laiki ni el Gu fueron capaces de seguir mucho tiempo ese ritmo. En sus andanzas callejeras dieron con Paco, que también tenía local y batería en Portugalete y no pararon hasta que le afeitaron la barba. A partir de ese preciso momento Eskorbuto se convirtió en un misil. Para que tres personas hagan una banda contundente, esa banda ha de ser la hostia. Pocas hay realmente, pero todas de quitarse la boina: Cream, Motorhead, ZZ Top, Kortatu, Police, The Jimmy Hendrix Experience... Ellos lo consiguieron.
El tiempo, que todo lo borra, podrá aparcar en el olvido muchas anécdotas asombrosas, pero tardará en cargarse esas canciones excepcionales compuestas con las tripas y que son su mayor legado: “Ratas en Bizkaia”, “Tamara”, “Rogad a Dios por los Muertos”, “Mucha Policía, Poca Diversión”, “Busco en la Basura”, “Soldados”... Lo que ya es privilegio generacional (todas las generaciones tienen los suyos) es haberlos visto en directo. Era raro, muy raro, que hicieran una actuación rutinaria, sus puestas en escena eran siempre intensas, conflictivas, imprevisibles.
En el fondo, a ellos mismos les superaba este hecho. Saber que van a ocurrir cosas inesperadas puede ser divertido al principio, pero con el paso del tiempo uno tiene el deseo inconfesable de que el personal se dedique a corear tus canciones, que te pidan unos cuantos bises e irte tan contento para casa después de cobrar.
Para ellos era realmente difícil. Cuando no había peleas, alguien rompía los focos
o caía de bruces sobre la mesa de mezclas. Bolo, personaje fundamental en el mundillo
musical de Bilbao, suele decir que el punk fueron Sex PIstols y Eskorbuto, quizá tenga razón, lo que ocurre es que los Sex PIstols terminaron su disparatada andadura en menos de dos años y se dedicaron a vivir del cuento.
Eskorbuto, en cambio, alargaron durante más de una década su desquiciada trayectoria.
El mártir de la movida Pistols fue Sid Vicious. En todas las películas y reportajes sobre aquel episodio, el resto de la banda suele soltar unas lagrimitas de homenaje a su figura, lamentablemente perdida en manos del “sistema” y de “aquella zorra que lo manipuló”. Los demás predicadores del “No Future” han tenido un futuro cojonudo.

Lo de Eskorbuto en cambio, fue como si a los Pistols, les hubieran obligado después a convivir con toda la enérgica secuela de punkys desquiciados que ellos mismos parieron (y contra la que tantas pestes echaron).
Después de la fama inicial, Juanma y Josu podrían haberse retirado a sus castillos de invierno y dejar que los fans se los imaginaran donde quisieran, pero no. Sus aficiones y su estricto sentido de la coherencia, les llevaron a seguir en la puta calle. De esta forma, nuevas hornadas de punkeros, mucho más enérgicos, radicales y sobre todo, menos quemados que ellos, tuvieron la extraordinaria oportunidad de rular con sus ídolos por la calle y comprobar en directo si eran tan auténticos como los habían imaginado. Insisto, ellos no valían para “malos”, sencillamente no lo eran.

De aquella triste etapa de finales de los ochenta, sacaron un balance catastrófico: se engancharon de forma irreversible, destrozaron lo que les quedaba de salud y fueron vetados en casi todos los bares donde pretendían entrar, esto sin contar la innumerable cantidad de palizas que se comieron para demostrar su valor, porque valientes si eran, demasiado incluso.

Durante un viaje a México en 1992 y pude observar con asombro como decenas de cintas piratas se vendían en rastros y tiendas de música sin que nadie hubiera movido un dedo para que así fuera. Esto puede sonar exagerado, pero doy fe de que entonces, su casa de discos no había dado un solo paso para promocionar ni distribuir a Eskorbuto más allá de Finisterre. La leyenda cruzó el océano sin aparato promocional alguno.

En los estertores de su existencia, llegaron a conocer un inmenso pabellón mexicano repleto de fans que coreaban sus canciones. Para entonces Josu era incapaz de moverse de su casa, Juanma y Paco le fueron enseñando las canciones a Iñaki, guitarra de los donostiarras Speed, durante el viaje en avión.

Increíble pero cierto.Un capítulo decisivo en su atormentada odisea, fue la detención en Madrid y la aplicación de la ley antiterrorista. “Las Gestoras pro-Amnistía dormían mientras nosotros nos pudríamos”... Corrieron muchos ríos de tinta en su día con este suceso que a ellos les cabreo sobremanera, pero antes de que ocurriera, ellos no estaban alineados con la izquierda abertzale y es muy probable que simplemente las Gestoras pro-Amnistía no supieran que les habían detenido (yo mismo, no me enteré hasta que salieron). Por cierto, antes de que partieran ya hicimos risas sobre el viaje, porque pretender promocionar la banda por Madrid con canciones como “Maldito País España” y “ETA” es lo más parecido que he visto en mi vida a ir buscando un escándalo ¿o no?

Fue, recordémoslo, en el verano del 83, el mismo año en el que Las Vulpess habían conseguido el suyo propio sin pretenderlo. El diario de la derecha “Abc” reprodujo la letra de “Me Gusta Ser Una Zorra” que interpretaron en el programa “Caja De Ritmos” de TVE. El PSOE acababa de llegar al poder y los sectores más fachosos tenían ganas de sacar faltas a todo. Nadie se enteró de aquella actuación, perdida en la inocua programación televisiva mañanera del sábado, pero el diario “Abc”, varios días después, se encargó de airear la letra, una deliciosa gamberrada dirigida a provocar a chicos amuermados: “Si tu me vienes hablando de amor / que
dura es la vida, el caballo me guía / permíteme que te dé mi opinión / mira imbécil,
que te den por culo...” Loles (guita), Mamen (voz), Lupe (batera) y Bego (bajo) reprodujeron de forma involuntaria la andadura de los Sex PIstols, pero con el factor
agravante de que eran chicas. Aquel estruendo las puso en boca de todos. No hubo
periódico que no las aireara en su editorial y hasta plumas tan asentadas como la de
Cela les dedicaron largas reflexiones. Parecía que se les abría el mundo pero en realidad habían cavado su tumba. Sus actuaciones se llenaron de descerebrados ajenos
al mundillo del rock & roll que querían ver “a las zorras” y de paso tocarlas el culo
que para eso habían pagado. Unos ultraderechistas las dieron una paliza en los camerinos del “Rock-Ola”, templo de la “movida” por cantar “Policía Asesina”.

Lo de Las Vulpess era increíble. En el 83 las mujeres no pintaban nada en el rock y ellas, cansadas de ser convidadas de piedra en los ensayos de M.C.D. (longeva y castiza banda bilbotarra a la que estaban unidas por todo tipo de relaciones), se atrevieron a hacer su propio grupo punk, logrando completar un combo divertidísimo.
En cierta ocasión las vi por pura casualidad en la Universidad de Leioa, provocando con gracia de sardineras al estudiantado y me enamoré simultáneamente de las cuatro. A partir de entonces acudí allá donde tocaban y siempre conseguían liarla. La verdad es que el escándalo acabó por dividirlas y lo que parecía un pelotazo acabó siendo un reventón. Aquellas Vulpess mediáticas eran una deformación grotesca de la realidad y no lo soportaron. Unos años más tarde hicieron un último concierto junto a Kortatu para impedir el cierre de la “Sala Garaje” (antes “La Jaula”), toda una institución rockera en Bilbao, regida entonces por Rafabilly y por Carmelo “McLaren”, hermano de Loles y de Lupe. Un concierto para llorar de rabia.

Los viajes a Madrid de Eskorbuto fueron siempre sonados. Del primero volvieron ya con un contrato con Spansuls Records para grabar aquel legendario “Mucha Policía, Poca Diversión”, lema que fue adoptado por la coordinadora de comparsas de la “Aste Nagusia” bilbaína. Poco después actuaron en la gala de “Radio Tres”, a altas horas de la madrugada. Todavía recuerdo el comentario asombrado de Beatriz Peker: “¡Sí, lo está haciendo, está rompiendo la guitarra!”. De
aquel concierto volvieron convencidos de que el punk madrileño estaba plagado de pijos.
Más tarde, cuando los componentes de Eskorbuto tenían necesidad perentoria de pasta protagonizaron algunos capítulos insólitos. El elepé “Los Demenciales Chicos Acelerados” fue editado idéntico por dos discográficas distintas y con dos portadas que no tienen nada que ver, caso probablemente único en la historia del rock, ¿la causa?, ellos se llevaron el “master” que era propiedad de Discos Suicidas y lo vendieron a una segunda compañía discográfica sin comentarles (un olvido lo tiene cualquiera) que se trataba de un disco ya editado.

Josu tocaría de nuevo con nosotros. En la presentación del “Bostak Bat” organizamos
el único festival en el que nos metimos a empresarios. Alquilamos el Pabellón de la Casilla de Bilbao y nos metimos un buen tortazo. Metimos casi dos mil personas en un soleado día de San Juan pero eso, en el pabellón, parecía un guateque. Preparamos un festival lleno de sorpresas y la principal, fue la presencia de Josu para interpretar su propio tema “Dana Ongi Dabil”. El hombre estaba ya bastante encogido y enfadado con el universo, pero en escena supo rendir pleitesía al Peter Townshend que llevaba dentro.

Ahora los cadáveres de Josu y Juanma descansan junto a los de mis familiares muertos. Cuando visito el nicho de mi padre paso frente a los vuestros y se me hiela siempre el alma. El enterrador de Kabiezes me dijo en cierta ocasión que vuestra tumba es profusamente visitada por tribus que vienen de confines increíbles.

Vuestro mito crece día a día como el de tantos rockeros muertos y yo espero,
confío o simplemente sueño, que un día nos veamos “Mas Allá del Cementerio”.

Iosu y Juanma


Mas adelante pasaremos mas info.

UNDERPERUROCK

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Eskorbuto - Curiosidades

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Iosu Expósito

Entre las muchas curiosidades o hechos anecdóticos de esta banda punk, tenemos algunas:

- Se robaron una guitarra eléctrica de "La Polla Records" (otra banda punk), esto provocó que éstos los vetaran en sus presentaciones por lo que los que manejaban las salas de presentaciones tuvieronq ue optar por tener a "Eskorbuto" o a "La Polla Records", pero no a los dos juntos.

- En otra ocasión Jualma intentó rtobar un amplificador al grupo "Tijuana in Blue", pero lo pillaron.

- En la canción "Rogad a Dios por los muertos" se escucha la frase: "Los testículos me cortaría por la calavera del Rey", una voz dice "de bastos" cada vez que se pronuncia la palabra rey. Esta frase se añadió para evitar volver a ser detenidos por injurias al Rey. Aunque en varios directos, en vez de decir "de bastos" dicen "Juan Carlos". Similar explicación para "Escupe la bandera, Toma mi pañuelo".

- El puerto en que se hizo la sesión fotográfica de "Demasiados Enemigos" es el puerto de Santurce, Vizcaya. A Iosu y a Jualma les quedaba menos de un año de vida cuando se tomaron esas fotos, lo cual explica su mal estado físico.

- Iosu y Jualma tenían prohibida la entrada a numerosos bares del Gran Bilbao.

- Eskorbuto fue el primer grupo punk español en autopromocionarse con pintadas. Pintaban en las paredes a rotulador su imagen de marca: Eskorbuto, con la "T" invertida.

- Para ahorrarse el dinero del boleto o ticket y eludir al revisor, Iosu hizo todo un viaje en tren de Bilbao a Madrid (unas 7 horas de recorrido), tumbado debajo de los asientos del tren. Jualma, que era hijo de ferroviario, no tuvo que pagar el billete. Paco tuvo que pagar la multa por no tener billete.


Juanma Suárez


Iosu Expósito


Seguiremos con mas info de "ESKORBUTO"...

martes, 9 de noviembre de 2010

El Punk Vasco de Eskorbuto



ESKORBUTO, la banda mas punk de toda la historia musical de España.
Originarios de Santurtzi, País Vasco, España, surgieron en la década de los 80's, influyeron a toda una generación de la escena Punk y Rock.

No estuvieron ajenos a críticas, sin embargo se convirtieron en el gran "mito Punk" mundial.

Los miembros originales y fundadores de Eskorbuto fueron:

- Iosu Expósito - Guitarra y Coros (1980-1992) ( † fallecido)
- Juanma Suárez - Bajo y Voz (1980-1992) ( † fallecido)
- Pako Galán - Batería (1980-1999)

Eran una especie de Sex Pistols pero mucho mas elaborados y cero comerciales.


Vídeo subido por "noe34567" en Youtube:



Eskorbuto se crea en 1980 influenciados por la repercusión del movimiento punk de los 70's.
Se cuenta que en un viaje a Madrid, en 1983, son detenidos por la policía por el contenido de las letras de la maqueta que portaban (con temas como «ETA» o «Maldito País España») y se les aplica la ley antiterrorista.
Durante la encarcelación Eskorbuto se sintieron abandonados por algunos sectores del País Vasco, sobre todo la denominada Izquierda Abertzale y lo plasmaron, en el disco Zona Especial Norte(1984), en el tema "A la mierda el País Vasco". Esto, junto con no quererse alinear con el denominado Rock Radical Vasco, les trajo muchos problemas para tocar en ese País.

Su primer álbum oficial llegó en 1985, "Eskizofrenia" y con él empezaron a llegar las actuaciones fuera del País Vasco, ya que en su tierra tenían pocas posibilidades de tocar.

En 1986 sacan "Anti-Todo", disco considerado por muchos uno de los mejores discos de punk en España de todos los tiempos. En ese año también sacan un doble álbum en directo titulado "Impuesto Revolucionario" y en 1987 sale a la luz otro nuevo disco doble, esta vez de estudio, "Los demenciales chicos acelerados".


Vídeo subido por "Eskupitajo", "Cerebros destruidos" ESKORBUTO, la imagen no es buena, pero el tema es uno de los emblemáticos de la banda:




Eskorbuto "Eskizofrenia", subido por "Kenozxxx":



En 1988 deciden autoproducirse y sacan "Las más macabras de las vidas". Con Iosu y Jualma, padeciendo problemas serios de salud a causa de la heroína.

Posteriormente sacan "Demasiados enemigos" en 1991. Poco después Iosu y Jualma, se despiden para siempre: Iosu murió a causa de la droga pero a tiempo de dejarla, el 31 de mayo de 1992, y Jualma también dejó la heroína pero tenía mal las coronarias y, al no tener fuerzas para superarlo, murió el día 9 de octubre de 1992.

"Aki no keda ni Dios" se publica en 1994, con canciones que habían compuesto Paco y Jualma antes de su muerte.

Paco decidió seguir con el grupo a pesar de la muerte de los dos miembros fundadores, cosa que le reprochan muchos de los fans del grupo.

Sus letras estaban cargadas de rabia y contenido social. Fue un grupo muy polémico, amado por muchos y odiado por otros. Nunca se alinearon políticamente con ninguna ideología, "El rock no tiene patria, ni siquiera la vasca" dijeron en una ocasión.

Se dice que rechazaron millonarios contratos, sin embargo había veces que entre ellos se peleaban por unas pesetas.

Muchas anécdotas como ésta convirtieron a "Eskorbuto" como la mítica banda "auténticamente y honestamente Punk".


"Antes en las guerras" Eskorbuto, subido por "xantii":


"Antes en las guerras solian regresar
volver a sus casas volver a empezar
una vida nueva todo quedo atrás
una vida nueva todo quedo atrás
lalaa alallalal allalalalla lalala"

ESKORBUTO fueron Iosu, Juanma y Pako...